¿DE QUÉ VA ESTA EXPERIENCIA?
Aunque titulé a esta experiencia: 'El año que caminé el mundo', lo cierto es que lo del senderismo se me acabó escapando de las manos y se alargó mucho más de un año. Lo que empezó siendo un peregrinaje a Santiago y algunas rutas de larga distancia por España y Europa, acabó convirtiéndose en algo que marcó el rumbo durante una etapa de mi vida llena de retos y (mucho) crecimiento personal. Aquí debajo te dejo algunos de los senderos que recorrí. No están todos los que son, pero son todos los que están
CAMINO DE SANTIAGO
Lo cierto es que mis comienzos con el senderismo no fueron con «el senderismo». Por casualidad, y después de una época en la que trabajé durante meses todas las horas posibles, acabé en el Camino de Santiago Francés. Aquello me cambió la vida. No tardé en volver para hacer el Camino del Norte y, ya de paso, trabajar una temporada como hospitalero en Estella. Había abierto la caja de Pandora: eso de viajar caminando me había enamorado.
GR-11
Con la poca experiencia que me había dado el Camino de Santiago, decidí lanzarme a la piscina y cruzar los Pirineos por el GR-11. Lo llaman el efecto Dunnin-Kruger: crees que ya lo sabes todo y no tienes ni idea de nada. Estaba lejos de estar preparado para aquello, pero, ¿acaso alguna vez lo estamos para enfrentarnos a los grandes retos de la vida? Sufrí mi inexperiencia, pero llegué al final de la ruta 41 días después 💪
ESCOCIA
Después de haber caminado el que probablemente es uno de los senderos más duros de España, el GR-11, viajé a Escocia confiado en que aquello sería pan comido. Las rutas no eran difíciles, pero el clima escocés me demostró lo complicado que puede volverse todo cuando la lluvia no da tregua en dos semanas. Aquello si que fue un buen derechazo de humildad ¡Pam!
ALPES
Recorrer las tres principales rutas entre Chamonix y Zermatt era un sueño que tenía desde que era pequeño. ¿Qué hice? Pues ya que «andaba por la zona», me propuse el reto de recorrer el triplete alpino. ¿Lo conseguí? Por supuesto. aquella vez salí prácticamente ileso, y la experiencia fue de esas que no se olvidan nunca
CÓRCEGA
Algunos amigos de montaña me dijeron que el GR-20 era una de las rutas más duras del mundo… ¡Y tenían razón! Aquella ruta me puso al límite una vez más. ¿Qué hice? Como en cualquier gran reto, me lo tomé con calma, lo partí en pequeños trozos y, antes de darme cuenta, estaba en Conca después de 180 km de terrenos imposibles. ¿Había acabado? Para nada. ¡Aquello solo era el comienzo! ¡A por más rutas!
SUIZA
Cruzar Suiza por la Via Alpina sonaba a locura cuando lo planteé y, de hecho, lo era, pero aquello no iba a pararme. Cogí la mochila, me la puse al hombro y marché en un viaje épico que cambió para siempre mi forma de ver la montaña: había convertido el senderismo en una forma de viajar propia. Además, conocí a personas maravillosas; algún día os hablaré de ellos
SUECIA
A estas alturas, ya había recorrido algunos de los macizos más importantes de Europa, pero todavía no había viajado a la remota Laponia. Sus paisajes fueron un punto y a parte comparado con lo que había visto hasta entonces. El Kungsleden es una ruta al norte del círculo polar ártico, donde las distancias tienen un significado diferente y sientes la soledad de estar completamente aislado del resto del mundo. Madre mía cómo pesaban allí los kilómetros
ISRAEL
Cuando descubrí que había un sendero que cruzaba Israel de norte a sur, no me lo pensé dos veces: vendí el coche, compré un vuelo y me planté en el borde con el Líbano para embarcarme en una experiencia con unos paisajes que no eran nada del otro mundo 😅 pero con unas gentes maravillosas. Tuve que dejarlo a mitad de camino, el calor del verano apretó demasiado en el desierto de Néguev 🏜️ pero volveré y acabaré esa ruta.
PATAGONIA
¿Quién no ha querido alguna vez recorrer las grandes montañas de la Patagonia andina? Las rutas de Torres del Paine y del Fitz Roy son un auténtico paraíso (y me quedo corto). Allí la inmensidad que alcanza la naturaleza está a otro nivel Si creía que en el Kungsleden estaba en el culo del mundo, cuando llegué a la Patagonia me di cuenta de que no. Lo llaman la tierra del fin del mundo. Razón no les falta…
IRLANDA
Llegué a Irlanda con el recuerdo del mal tiempo de Escocia. Acojonado. Había metido toda la ropa para lluvia imaginable en la mochila y estaba preparado para lo peor. Al final, pasé unaa de las primaveras más soleadas que se recordaban en el país. Aquello si que fue coser y cantar. Menudos días guapos recorriendo la costa irlandesa
ISLANDIA
Islandia enamora, pero sus rutas de senderismo lo hacen aún más. Quería caminarlas todas, quería llevarme a aquellos paisajes conmigo para siempre. Invertí todas las vacaciones que pude acumular en hacerlo realidad. Resultó que acabé enamorado del país y me quedé a vivir allí No importa en qué países hayas estado, no hay nada como Islandia.